En diversas regiones del mundo, las olas de calor están teniendo consecuencias devastadoras, provocando no solo un aumento en las tasas de mortalidad sino también una intensa escasez de agua. Estos fenómenos son atribuidos principalmente al cambio climático, que se manifiesta de forma alarmante en todos los rincones del planeta, desde los vastos bosques hasta los pequeños arroyos que corren peligro.
Especialistas han observado que el ritmo de descomposición de la materia orgánica en los ríos se ha acelerado, lo que plantea una seria amenaza para la biodiversidad. A través de modelos predictivos, han identificado factores ambientales responsables de este fenómeno, como el incremento de temperaturas y concentraciones de nutrientes. En particular, la descomposición de la celulosa en los ríos se ve influenciada por estos factores, que cada vez son más afectados por las actividades humanas.
La revolución verde del siglo pasado y el aumento continuo de la producción agrícola han estado estrechamente ligados al uso de fertilizantes. Sin embargo, gran parte de estos productos terminan contaminando ríos y lagos, provocando la eutrofización de sus ecosistemas microscópicos. Este proceso se ha convertido en una amenaza global que pone en riesgo la salud de los cuerpos de agua y la vida que albergan.
Por esta situación crítica, es fundamental tomar medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático en los ecosistemas acuáticos, protegiendo así la diversidad biológica que depende de ellos.
Pasante: Marialbert Finol