Oye a los necesitados
“Quien cierra sus oídos al clamor del pobre
llorará también sin que nadie le responda.”
(Proverbios 21:13)
Es muy fácil ignorar a los más necesitados. ¿Cuántas veces pasamos por el lado de alguien con hambre, con frío, o sed y ni siquiera nos damos cuenta? La realidad es que hoy en día son tantos los necesitados que casi ni los notamos en las calles, los puentes, los albergues, en las aceras, en fin, al margen de la sociedad.
Debemos estar atentos a las necesidades de los demás sin volvernos indiferentes o endurecidos. Cristo cuidó de los olvidados, sanó a los enfermos, dio paz a los afligidos, pan a los hambrientos, libertad a los presos, perdón a los pecadores. Hoy, como seguidores de Jesús, necesitamos dar el mismo amor a los pobres y a los rechazados, sea escuchándoles, intercediendo por ellos, mostrando interés, dándoles atención, y también compartiendo el pan. Escucha, ayuda y ora por los que tienen necesidad. ¡Puedes tener la seguridad de que Dios te recompensará!
Está atento a las oportunidades:
Pídele a Dios que te dé un corazón generoso y solidario para con el prójimo.
Presta atención a tu entorno. ¡Hay personas clamando por socorro! Dios te dará buenas oportunidades para oír y servir.
Ora e intercede por los pobres, los que no tienen abrigo y los que están necesitados.
¡Haz algo práctico! Bendice a algún necesitado con comida, visita o con una palabra de esperanza, medicamentos, ropa, juguetes, o simplemente, con tu atención. Atender al afligido puede tener mucho más valor del que puedes imaginar.
Para orar:
Señor mi Dios, ayúdame a ayudar a los que más lo necesitan. Crea en mí un corazón generoso y dispuesto a hacer el bien a los que pasan por aflicción. Enséñame a no juzgar la condición ajena. Porque, si hoy estamos en una situación más favorable, es gracias a tu misericordia, Señor. Gracias, Padre, porque tengo para compartir. Dame siempre oportunidades para donar de lo que tú me has dado. En el nombre de Jesús te pido y te doy gracias por estas cosas. Amén.
Hoy es el Día del Señor, no olvides de ir a la iglesia.